En la clase de Jaimito estaban estudiando el sentido de diversas frases hechas. Tras explicar el significado del refrán "Madre no hay más que una", el maestro, para ver si los alumnos lo han entendido, dice:
- A ver, Pedrito. Haz una breve narración que incluya la frase "Madre no hay más que una".
- Estaba yo enfermo en la cama, con mucha fiebre, y vino mamá. Me dio un vaso de leche con una aspirina, me besó en la frente, y yo pensé: madre no hay más que una.
- Muy bien. Ahora tú, Carlitos.
- El pasado domingo mi mamá me llevó a la playa, jugó conmigo, construimos juntos un castillo en la arena, mientras yo pensaba: madre no hay más que una.
- Excelente, ahora tú, Jaimito.
- Estaba solo en casa, como siempre, cuando llegó mi madre borracha, como siempre, acompañada de un amante distinto, como siempre, y me gritó: "Tú, capullo, tráenos dos cervezas". Y yo fui a la nevera, miré y le dije: "Madre. No hay más que una".
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario