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Carta de recomendación

Un empresario tiene que escribir una carta de recomendación para un empleado más bien vago.

No quiere mentir sobre su empleado, pero tampoco quiere decir la verdad.

Después de una cuidadosa reflexión, escribe en la carta de recomendación:

"Usted será afortunado si consigue que esta persona trabaje para usted."

Apuestas en la oficina

El jefe llama al empleado más holgazán para regañarlo, y le dice:

- ¡Ya me he enterado que ha estado haciendo apuestas en la oficina!

A lo que el empleado le responde:

- ¡Le apuesto 100 euros a que no es cierto!

Jefe genial

Había dos hombres charlando en un bar y uno dice al otro:

- Tengo un jefe genial.

- ¡Qué bien, Gerardo! ¿y qué hace?

- Se pasa todo el día durmiendo.

- ¿Y tú, que haces?

- ¡Ayudo!

Empleado habla con jefe

Entra el empleado a la oficina de su jefe, y con un aspecto temeroso le dice:

- Jefe, necesito hablar con usted.

- Pasa hombre, ¿qué te ocurre?

- Usted sabe que llevo más de 15 años en su empresa y nunca he tenido un aumento de sueldo, es hora que me aumente los 300 dólares mensuales que gano desde que me contrató.

- Y dime, ¿cuánto quieres ganar?

- Bueno, hice algunos cálculos y considerando el tiempo transcurrido, y el trabajo técnico que desarrollo creo que me correspondería ganar 1.500 dólares por lo menos.

- Mira, te voy a pagar 5.000 dólares mensuales, un vehículo a tu cargo, vacaciones pagadas al lugar que tú elijas, y te asignaré una secretaria para que te ayude en tus labores diarias, ¿qué te parece?

- ¿Está bromeando, no?

- ¡Sí, pero tú empezaste!

La mierda y los jefes

Al principio de la humanidad, cuando Dios creó el cuerpo humano, los órganos vitales del mismo comenzaron a discutir sobre quien seria el jefe.

El cerebro expuso:
-Yo debo ser el jefe, ya que ordeno el funcionamiento de todo ustedes.

Los ojos argumentaron:
-Nosotros deberíamos ser los jefes porque guiamos todo el cuerpo.

El corazón dijo:
-Entonces yo debería ser el jefe, porque llevo la sangre para que todos funcioneis.

En ese caso dijo el estómago:
-Yo seré el jefe, puesto que os alimento a todos.

Las piernas se declararon jefes, porque según ellas transportaban todo el cuerpo y todos los demás se indignaron por la cuenta que les traía.

Cuando la mierda pidió ser el jefe, todos se rieron a carcajadas.
La mierda solo dijo:
-Yo seré el jefe... y se negó a salir durante cinco días.

El cuerpo estallaba... El estómago se sentía mal... Los ojos se nublaban... El corazón amenazaba con pararse... Las piernas temblaban... y entonces todos gritaron:
-¡Qué sea la mierda el jefe!
Y desde entonces cualquier mierda es jefe.