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Carta de Navidad de Jaimito

Jaimito le escribe a Jesús:
Querido Niñito Jesús, me he portado MUY BIEN este año y quiero que, por favor y si es posible, me TRAIGAS una bicicleta nueva.
Atentamente, Jaimito

Coloca la carta debajo del árbol de navidad y ve la figura de la Virgen María, que desde el pesebre lo mira fijamente.

Arrepentido, rompe la carta y escribe nuevamente:
Querido Niño Jesús CREO que me he portado Bien este año, por favor TRAEME una bicicleta.
Cordialmente, Jaimito.

Nuevamente se dispone a poner la carta cuando siente la mirada de la Virgen María que lo observa fijamente.

De nuevo rompe la carta y vuelve a escribir:
Niño Jesús: NO ME HE PORTADO BIEN este año, pero si me traes una bicicleta prometo portarme bien el que viene.
Sin más, Jaimito.

Va con la carta de nuevo al arbolito y otra vez la mirada de la Virgen María sobre él, penetrante.

Rompe otra vez el sobre y desesperado agarra la figura de la Virgen María, la pone en una bolsa y la mete en el placard cerrándolo con llave y vuelve a escribir:
Jesús: TENGO A TU VIEJA. Si quieres volver a verla, deja una bicicleta debajo del árbol. No hagas la denuncia.
Jaimito

Confusión

Jesucristo estaba realizando uno de sus habituales paseos por el cielo, cuando de repente se cruza con un hombre de largas barbas, vestido con una túnica, con un rostro venerable.

Jesús, mirándolo con una mezcla de emoción y sorpresa, le dice:
-Perdone, buen hombre. Yo a usted le conozco de algo... Usted en la otra vida...
-Yo hace muchos años que ya no estoy en la otra vida. En la tierra era carpintero y tuve un hijo que se hizo muy famoso en toda la humanidad.

Al oír estas palabras, Jesús abraza al venerable anciano y grita:
-¡Padre!

A lo que el viejo replica:
-¡Pinocho!