Un lepero se apuesta con unos amigos que su Mercedes es capaz de ir a Barcelona en dos horas.
Los amigos aceptan la apuesta y en las dos horas prometidas, el lepero llama desde Barcelona y dice que va para allá de vuelta.
Pero pasan los días ... las semanas ... los meses y no aparece.
Tras tres meses aparece y los amigos le preguntan:
- ¿Por qué has tardado tanto?
Y el otro contesta:
- A ver si os creeis que mi coche corre igual palante que patrás.
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